miércoles, julio 19, 2006

Carmen Sandiego.

Carmen Sandiego se formó en los últimos días del mes de febrero del 2006, cuando Flavio Lira pudo aprobar dos de las cuatro previas que tenía del liceo y Leticia Skrycky decidió que quería tener un hobbie.
Empezaron a ensayar en el cuarto de Leticia o en el ex-cuarto de los abuelos de Flavio (donde encontraron dos muñecos antiguos con forma de gauchos que son realmente pavorosos e inspiradores) y rápidamente se dieron cuenta que ser un dúo fue probablemente la elección más inteligente que hayan tomado en mucho tiempo. No había nadie que los atormentara con inquietantes letras de hardcore ní bateristas que se fueran de tiempo, ni personas que estuvieran desconformes con el sonido (a excepción de ellos mismos, y de sus familiares, claro está).
Aunque fueran dos amateurs suertudos, la química era evidente y la tendencia a crear pequeñas épicas seudoacusticas bellas y enfermitas los entusiasmó y les dio la ilusión (si no certeza) que tenían algo real entre manos. Y había que hacer algo al respecto.
Para principios de mayo, estos dos productos de la educación cristiana y de la televisión abierta noventera ya tenían al menos 25 temas (o más, quien sabe). Obviamente no todos eran buenos, pero tampoco sabían a ciencia cierta cuales si o cuales no. Y decididos como pocas veces en su vida fueron al hermano de una amiga para pedirles el favor de que los grabara. Como el sujeto en cuestión (gracias Diego!) no tenía nada mejor que hacer, se comprometió a hacerlo. Así comenzó la grabación de lo que terminó siendo algo parecido a un EP o a un demo, que se llama "Vida Espiritual" y que tres meses después llego a su finalización (que conste que Flavio logró sacarse otra previa de encima en el medio, toda una mente brillante). No son 25 temas, son 8. Por eso es un EP (ja!).
Para aquellos que les pueda inquietar (o generar curiosidad) el por qué se llaman Carmen Sandiego si son dos y no una persona (y no son demasiado misteriosos, o espías, o elegantes, o todas esas cualidades que quisieran tener y no tienen), pongamos en claro que fue lo primero que se decidió. Estas dos tempranas almas en pena solían despertarse los domingos de mañana para sintonizar la tele y quedarse embobados viéndola. A la persona que ellos quisieran ser, más allá del bien y el mal, completamente independiente, y robando no por una necesidad, sino simplemente porque era lo que más le gustaba ser. La idea de esa sincronía les atraía, y les pareció obvio que fuera el nombre que los designara como grupo.
Si alguien les preguntara por sus influencias las respuestas serían diversas. Flavio diría: "practicar los temas de Prince para teclado en el casio de mi hermana". Leticia en cambio respondería con un modesto: "no sé, ¿a vos que te parece?, necesitaria saberlo, por favor...". El hecho es que la música que escuchan en realidad no es quizás la que ellos hacen, pero eso no es necesariamente malo.
Ahora ya hay gente que los escuchó, y tal vez algunas más los escucharán. Los amigos suelen decirles que esta buena (la música, no?). Ellos no lo creen del todo, pero sienten que su público ideal es un/a quinceañero/a depresivo/a y probablemente homosexual (después de todo es tan solo una elección, bueno a veces ni eso). Definitivamente, él o ella serían los los únicos que realmente entenderían, pero quién sabe. Esta nueva generación atónita por los ringtones y El Otro Yo es un misterio que Carmen Sandiego no entiende mucho.
"Vida Espiritual" es una serie de volúmenes destinados a educar cristianamente a los niños nacidos entre 1935 y 1940 que la madre de Flavio leía cuando era pequeña. Fueron escritos y dibujados por Constancio C. Vigil, autor de obras como "El mono relojero", y que probablemente sea la persona más temible de todos los tiempos. Aunque ya no niños, estos textos y estos dibujos les produjo un escalofrío, y se dieron cuenta que justamente era eso lo que estaba en la punta de la lengua de ambos. El título se decidió y la carátula también (¿a que no es preciosa?, todo gracias a Gaby y Martín).
Con ayuda de amigos, aquí estan, veamos si a alguien le importa.