viernes, marzo 09, 2007

Voy en el ómnibus y escucho en la radio que suena desde el asiento de conductor una canción de "El Ángel Azul". Me llama la atención, puesto que ni esa radio ni ese momento parecían tener mucho que ver con Eduardo Darnauchans. Son las nueve de la mañana.Cuando llego al lugar a donde me dirigía, alguien me dice demasiado rápido que Darnauchans murió.

Se suceden los comentarios, llaman para invitar al velorio, que entierro luego, que si hablaste con Ale, y por qué no esta en la tapa de "La Diaria", la mujer que murió hace dos semanas y él que ya estaba en un centro de salud. Poco había para agregar a todo eso, sin comentar demasiado son las dos de la tarde y entro a Martinelli.
Demasiada gente conocida que no conozco y mucho ruido. Saco la cámara de fotos y me quedo con el cartel de la entrada, una señora en el piso de arriba y Eduardo Darnauchans / 15:15hs / sala 103. Entro. Apenas puedo caminar por la cantidad de gente. De repente el cajón y me sorprendo un poquito. De verlo así. De quedarme un rato parada e irme luego sabiendo que ya no más, más nada. Hay un cuaderno en la puerta de la sala, parece que la gente escribe allí cosas para él, es la primera vez que estoy en un velorio y no sé mucho sobre este tipo de protocolo, lo pienso pero nada de lo que yo pudiera decir le podría importaría a él.
Espero afuera. Ni sé bien que espero. Alguien viene a hablar, pero no tiene mucho sentido, ella lo conocía y yo no. Decido no ir al entierro, quizás luego me arrepienta y probablemente no me lo perdone, pero todo esta gente no. Saludo a alguien y me voy. Tengo que hacer la entrada en el blog de Carmen Sandiego, algo que hable de él, pero mientras me alejo sólo puedo pensar en la gente que vi recién, en un velorio cual reunión social o reunión de amigos, en quién llora y quién no, en por qué lloran, en que Montevideo se acaba de quedar sin lo único que en mi mente la conservaba más allá de su arquitectura y que alguna vez los años cuarenta y yo no estaba ahí, que cuando tenía diecisiete tomaba una grapa miel en el Mincho (y solamente una) luego de Cienemateca para verlo a él un ratito, que estaba ahí al lado, que pensaba en sacarle fotos pero que nunca sería el momento hasta no ser buena y hacer de él el mejor retrato, que yo tan niña y aniñada, que cosas pendientes, que nunca verlo tocar en vivo, que una vez estaba en otro bar tomando otra cosa mientras ahí arriba la Televisíon Española dice que el PSOE va a ganar y yo comento y a Flavio mucho no le interesa pero viene Darnauchans y me dice algo, comentario político que apenas recuerdo, que quizás no entendí, que no importaba porque me estaba hablando por primera y única vez y siempre es triste y es la única imagen viva de esta ciudad que puede realmente conmoverme, porque sus canciones y la voz y llego a un cybercafé y lo único que puedo decir es que estoy triste.
Leticia.

7 Comments:

Blogger Almendra said...

muy tristement por mi ignorancia más mi juventud no me permitieron conocerlo hasta el miercoles y me emociono mucho cada vez que leí algo sobre él y veo cuanto la gente lo quería

11:24 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

tomar buenos aires..
regresar con nuevos aires!

pasarla bien nenis!!

8:12 p. m.  
Blogger Daniel said...

"Y no te vayas a creer que es fácil
ver en las aristas de la bruma
las joyas tristes
las espigas del trigo de la luna..."

sobre tu relato:
cuando algo triste es contado con tanta ternura uno se siente incómodamente reconfortado, dulcemente angustiado.
(la insoportable levedad,la cuestión humana, me lleva el chanfle)

gracias.

6:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Che, actualicen, se los extraña.

1:18 p. m.  
Blogger Carmen Sandiego said...

ya actualizaremos, pedimos disculpas. unica razon, falta de tiempo y orden.

en estos dias estaremos de regreso.

6:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hagan ese myspace ya por el amor de dios!!!

8:46 p. m.  
Blogger Levedad said...

si, yo quiero leeer algo más.

no sé que decir. en serio que no sé.

se viene el vivo, eh ??

12:24 p. m.  

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